Minorías y tránsfugas permiten a Zapatero salvar in extremis sus últimos Presupuestos
Para imponerse al PP y a los socios habituales o puntuales del PSOE -como ERC, IU, CC y CiU-, los socialistas tuvieron que aliarse con los nacionalistas vascos (PNV), gallegos (BNG) y aragoneses (Chunta Aragonesista), más dos tránsfugas: uno del Grupo Popular, Joaquín Calomarde, y otro de Coalición Canaria, Román Rodríguez. Aun así, el partido mayoritario no lo debía tener muy claro, pues estuvo negociando hasta última hora con el objetivo de lograr más apoyos para su proyecto de ley. Al final, los socialistas lo consiguieron aunque fuera rompiendo por la mitad a IU-ICV.
Minutos antes de la votación, Iniciativa per Catalunya -la formación ecocomunista catalana que comparte grupo con IU- anunció su decisión de no apoyar la enmienda de totalidad a los Presupuestos que suscribió inicialmente con IU, optando finalmente por la abstención. ¿El motivo? Un acuerdo «in extremis» que garantizará el cumplimiento del pacto entre el Gobierno de la Nación y la Generalitat de Cataluña en materia de inversiones en infraestructuras. Es decir, la inversión no ejecutada en Cataluña en el presente ejercicio y el siguiente será transferida al Ejecutivo autonómico. De esta forma, el Estado invertirá el año próximo en esa comunidad autónoma un total de 4.300 millones de euros. Esa cifra alcanzará los 30.000 millones de euros en el año 2011.
Inversión medioambiental
Además, la enmienda pactada con ICV supone que, de los 727 millones de euros de inversión en Cataluña sin fines específicos, 180 se destinarán al medio ambiente y, de ellos, 30 se dedicarán al rescate del litoral y la recuperación de espacios naturales. Todo muy verde, como la moda imperante en la campaña electoral que se avecina.
El Grupo Socialista ofreció a ERC la posibilidad de pactar la enmienda sobre inversiones que cerró con ICV, pero los republicanos rechazaron sumarse al acuerdo con el argumento de que el texto acordado no satisface sus demandas. Según la interpretación de Esquerra Republicana, el pacto no especifica el traspaso a la Generalitat de la inversión no ejecutada.
El PSOE también consiguió a última hora que Francisco Garrido y Joan Oms, los dos diputados de Los Verdes adscritos al Grupo Socialista, votasen en contra las enmiendas a la totalidad. Esos dos diputados, que en las semanas previas habían amenazado con apoyar la devolución al Gobierno del proyecto, llegaron a una serie de compromisos de política medioambiental que se incorporarán al texto de los Presupuestos en la tramitación parlamentaria.
Así las cosas, el empate que se preveía hace una semana se deshizo a favor del Gobierno, que ganó la votación por sólo nueve votos de diferencia. Dado que se preveía un resultado muy ajustado, sólo se registraron cuatro ausencias, entre ellas una en las filas del PP por enfermedad y otra en ICV por un problema familiar. Lo normal en otros debates es que falten una media de veinte parlamentarios.
Incluso llegó a personarse en el hemiciclo María Salom, la diputada del Grupo Popular que está de baja por su avanzado estado de gestación y que aterrizó por la tarde en el Congreso tras tomar un vuelo desde Mallorca. Otro parlamentario del PP -Rogelio Baón- acudió a votar pese a encontrarse convaleciente por enfermedad. Juan Salord, también del Grupo Popular, se equivocó en la votación y rechazó la devolución del proyecto presupuestario que pedía su grupo.
Joaquín Calomarde Gramage, el diputado tránsfuga que se paso hace unos meses del Grupo Popular al Mixto, respaldó el proyecto de ley del Gobierno socialistas para, según dijo, contribuir a acabar con «la crispación y la histeria política». Lo curioso del asunto es que las bancadas socialistas -incluido Zapatero y el secretario de organización del PSOE, José Blanco- ovacionaron la intervención del tránsfuga popular ante el Pleno de la Cámara. Calomarde, ex seguidor de Eduardo Zaplana en Valencia y pretendiente luego de Francisco Camps tras imponerse éste al zaplanismo, se convirtió más tarde en postulante del centrismo antes de traicionar al PP y pasarse al Grupo Mixto. Desde hace meses vota con el PSOE todas y cada una de las leyes que pasan por las Cortes. No sorprendió que ayer fuera uno de los salvavidas de Zapatero.
El líder de la oposición, Mariano Rajoy, tachó de «electoralistas» estos presupuestos. En su opinión, el Gobierno «tira de la chequera» para ocultar su «fracaso político» en esta legislatura. El presidente del PP apuntó que para los socialistas las cuentas del Estado son un «instrumento electoral» con medidas «dispersas y precipitadas», mientras el PP los elaboraba pensando sólo en el interés general, como hizo José María Aznar cuando estuvo en La Moncloa.
ERC y CiU sueltan lastre
El portavoz de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, también consideró que los presupuestos «no cumplen con las expectativas sociales» y lamentó la «obsesión» del Ejecutivo socialista con el superávit y la reducción de la deuda, que impide -en su opinión- destinar más recursos a «necesidades por cubrir».
Esquerra Republicana coincidió con Convergencia i Unió en que los Presupuestos no garantizan el cumplimiento del Estatuto en materia de inversiones para Cataluña. De esta forma, y al igual que Duran, el portavoz de ERC, Joan Puig, también censuró que el Gobierno no publique las balanzas fiscales.
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