Antiespañolismo

Este gobierno se dedicó desde que llegó al poder a sembrar antiamericanismo en Iberoamérica. Sus amigos fueron los Castro, Evo Morales y Chávez. Desgraciadamente, uno se debe fiar muy poco de los dictadores y el antiamericanismo ha pasado a ser, de la noche a la mañana, antiespañolismo.

Lo hemos visto claramente en la bochornosa cumbre de Chile con su célebre “por qué no te callas” de nuestro rey. Y aún peor, lo vamos a ver con más intensidad de aquí hasta la celebración del bicentenario de la independencia de los países iberoamericanos respecto de las corona española. Yo no sé cómo el gobierno de Rodríguez Zapatero está pensando en organizar tal conmemoración, si es que piensa a dos años vista, pero lo que si es seguro es lo que quieren sus amigos sudamericanos: quieren un festival bolivariano donde se ensalce el indigenismo y se critique un supuesto expolio español de las riquezas de la región. Y a tenor de lo que escuchamos de dirigentes como Morales o Correa, no sólo en un sentido histórico, sino muy actual, contra las empresas españolas que invierten y trabajan en esos países. Será la venganza que pagaremos todos los españoles por una política equivocada del gobierno de Rodríguez Zapatero a quien se le va a enfrentar a otra ley de memoria histórica, esta vez en su contra sin que pueda o quiera hacer nada para frenarla.

Iberoamérica vive en una encrucijada: hay unos pocos países que decididamente han apostado por la prosperidad, el libre mercado, la economía global y los valores democráticos; y hay otros cuantos que prefieren el curso de eso que llaman el socialismo del siglo XXI”, a saber, inseguridad jurídica, intervención estatal, populismo y perversión del sistema democrático. Entre los primeros se encuentran Colombia, Chile Perú y México, mientras entre los segundos están los amigos del gobierno español, Venezuela, Bolivia, Ecuador y Cuba.

El por qué un gobierno formalmente democrático como el nuestro toma partido por la alianza antidemocrática en Iberoamérica alguien del debería explicarlo, porque es muy difícil de comprender, sinceramente.

En Iberomérica, los petrodólares de Chávez compran las voluntades que hagan falta, pero esa no puede ser la explicación del giro de la política española hacia la zona. El Rey hizo bien mandando callar a Chávez. El gobierno hizo mal respondiendo, de nuevo, con su debilidad característica. Y el resultado han sido más improperios y amenazas.

Pero esto que vemos no será nada si Rodríguez Zapatero no intenta atajarlo cuanto antes. No hay que aislar, como quiere Exteriores, a Uribe, el único que se ha levantado como nuestra majestad frente a Chávez. Hay que aislar al propio Chávez. Cuando amañe de nuevo los resultados del referéndum para su pervivencia en el poder, el gobierno español tendrá otra oportunidad para corregir sus errores y denunciarlo. Y si no, que nuestras empresas se preparen.
Rafael L. Bardají

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